miércoles, 11 de marzo de 2015

Traducción

Rayuela 
Julio Cortázar 

Apenas él le leía el poema, a ella se le aceleraba el corazón y caían en conmoción en salvajes pensamientos, en movimientos mutuos. Cada vez que él procuraba calmar las emociones, se enredaba en un grito incontrolable y tenía que taparse la cara frente a ella, sintiendo como poco a poco sus manos lo abrazaban, se iban sintiendo, tocándose, hasta quedar tendido como el muerto de agonía al que le han dejado caer unas horas extras. Y sin embargo era apenas el principio porque en un momento dado ella se tocaría los senos, consintiendo en que él aproximaría suavemente sus brazos. Apenas se acercaba algo como un mundo los envolvía, los conectaban y actuaban, de pronto era el momento, la unión voluntaria de las mentes, la unión involuntaria de los cuerpos, los opuestos.
¡entendimiento! ¡entendimiento! Diferencia en la sociedad del mundo, se sentían avergonzados perdidos y encontrados. Temblaba el cuerpo, se vencían las peredas, y todo se resolvía en un profundo placer, en acaricias de silenciosas miradas, en movimientos casi crueles que les ordenaban hasta el límite de las palabras parar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario